Este post se lo dedico a mi papá, aquel ser maravilloso que desde el primer día de mi vida a su lado me acogió con amor incondicional, aquel hombre que siempre ha vivido intentando hacerme feliz. En el Día del Padre quiero decirte que la niña de tus ojos todavía vive en mí porque dentro de mi sigo siendo una niña; una niña decidida, inteligente y amorosa.
Y recuerdo con esta foto, cuando me enseñabas a montar bicicleta, cuando tenía tres añitos y me llevabas al parque con mi bicicleta de rueditas auxiliares, una muy parecida a esta pero más chiquita 🙂 Al final, me acobardé cuando quitaste las rueditas y mi terquedad impidió que aprendiera a montar bicicleta, pero te agradezco infinitamente tu paciencia y esfuerzo por enseñarme, tu tiempo y compañía.
También tengo un lado muy decidido, tanto así que el año pasado me atreví a hacer parapente. No sabes el miedo que me dio, no sabes todos los miedos que tuve que vencer, pero lo logré, lo hice porque tú desde tu silencio y timidez, me has enseñado también a ser fuerte y no temerle a los retos.
¿Te acuerdas cuando te convencí de hacer un viaje familiar a Paracas? La pasamos lindo. Gracias por permitir que ese sueño se haga realidad.
También soy una mujer inteligente, a quien viste con orgullo y emoción juramentar en el Colegio de Traductores del Perú. Aún recuerdo tus ojitos llorosos y llenos de ilusión al ver a tu hija, realizarse como profesional.
Esta foto es de cuando fuimos al circo La Tarumba a ver el espectáculo Lando, y de alguna manera ayudé para que tu también te volvieras a sentir niño.
Papá esa niña que viste crecer y convertirse en una mujer todavía vive en mí y sale a la luz en instantes como éste; y esta mujer con alma de niña necesita mucho de tu amor, de tu alegría, de tu paciencia y de tu comprensión.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡TE AMO PAPÁ!!!!!!!!!!!
Con amor de tu hija Ana de los Angeles Araceli 🙂