Hola chic@s:
Desde hace bastante tiempo no me daba la oportunidad de concretar una entrevista con algún personaje vinculado con la moda, y con motivo del relanzamiento de Fashion Everywhere y a raíz de algunos comentarios sinceramente positivos sobre un diseñador que participó con su colección “Atardecer de Otoño” en el desfile benéfico “Sonidos & Sonrisas” organizado por la Primera Vicepresidenta de la República Marisol Espinoza Cruz, y del cual les hablé en este post (click aquí), gracias a un amigo en común, pude tomar contacto con el diseñador Carlos Vigil y realizarle una entrevista en su atelier en San Isidro.
Ayer lunes 28 de mayo saliendo del trabajo, fui directo a su atelier ubicado en General Pezet 1750, San Isidro. En esta hermosa casa además de vivir al lado de sus tres hijas Vanessa, Lisseth y Cinthia, reserva dos salones a la entrada de su casa, uno como sala de espera donde puedes apreciar algunos pendientes diseñados por Vanessa Vigil y una variedad de zapatos y carteras de Lisseth Vigil, además de fardos de preciosas telas y muebles de estilo colonial. Frente a este ambiente, se encuentra la oficina del diseñador Carlos Vigil donde se reúne con sus clientas para definir qué tipo de vestido va requerir, de novia, de gala o cocktail, de qué color o textura, asimismo es el lugar donde él aprovecha para conocerlas más, de modo que pueda ofrecerles en el diseño, no únicamente alta costura, sino que esta creación refleje la personalidad de quien lo usa. Es un amplio salón rodeado de espejos y más fardos de tela, con un pedestal en donde hace que cada mujer que se suba en el, se sienta una reina, a mi por ejemplo me tomó de la mano y me ayudó a subir a dicho pedestal, mirando de frente al espejo, me sugirió para mi tono de piel colibrí, el color verde esmeralda y el color magenta que me realzan; y descubrí lo bien que me quedaban esos colores.
La entrevista duró casi una hora y realmente me sentí en confianza. Pasaré entonces a contarles algunas anécdotas que compartió conmigo y me gustaría retransmitirlas a ustedes.
Carlos Vigil nació en la ciudad de Chiclayo en 1960. Desde muy pequeño demostraba gran admiración por los vestidos de las celebridades internacionales de la época, había algo que llamaba fuertemente su atención, tal vez desde ya se notaba ese apego inmensurable hacia el arte y la belleza. Al inicio no contó con el apoyo de su familia, ya que no era bien visto en aquella época dedicarse al arte, pero él no se rindió. Cuando aún era muy joven se aventuró y vino a vivir a Lima, tomó contacto con algunos diseñadores con el fin de que alguno de ellos pudiera darle una pasantía en su taller, pero no tuvo suerte, así que mientras trabajaba en el laboratorio clínico del Hospital Rebagliati, comenzó a realizar un trabajo paralelo que consistía en comprar polos de algodón, cuello ojal y manga cero y los bordaba, embelleciéndolos de tal manera que parecían polos de marca. Me confesó que en aquella época los vendía a S/50.00 Nuevos Soles aproximadamente a las enfermeras del hospital.
Meses más tarde una amiga que trabajaba en la tienda Sears lo contactó con una señora que trabajaba como gerente en el Banco de Crédito del Perú, y fue esta señora quien le abrió de alguna manera la puerta al éxito, ya que le presentó a otras 70 clientas que añoraban contar con uno de sus polos bordados.
Años después con buen capital retornó a vivir a Chiclayo por un tiempo. Posteriormente se casó, tuvo a sus tres hijas, el matrimonio no funcionó, se disolvió, y regresó a Lima de la mano de sus tres niñas a quienes ha criado y educado a base de mucho esfuerzo y trabajo. Vanessa es Ingeniera Industrial de la Universidad de Lima, Lisseth es Arquitecta y diseña zapatos y Cinthia es Diseñadora de Modas.
Los momentos cumbre en la carrera exitosa del diseñador Carlos Vigil han sido la confección de 300 vestidos para la novela de producción nacional Luz María y para la reciente telenovela “La Perricholi”.
Carlos Vigil me invitó a conocer su taller, en el que trabajan dos operarios y una practicante de diseño. Él crea, cose y borda la mayoría de los vestidos. Se levanta a las 5 a.m. y trabaja hasta las 7 p.m. Me mostró los detalles de su trabajo, que realmente son dignos de admirar, por su complejidad e inversión de tiempo y energía. Son obras de arte.
La verdad que lo que más disfruté de la visita a su atelier fue conocer su taller, ya que me hace recordar al pequeño taller de costura que tiene mi mamá en mi casa en la lavandería. Ella también al igual que Carlos Vigil es autodidacta, no aprendió en una escuela, pero sí de su hermana, y también con su arduo trabajo incluso hasta tarde en la madrugada, ayudó a mi papá a pagar mi carrera y las academias de idiomas. Ella ahora ya no trabaja tanto ni tan rápido como antes, la vista ya no la ayuda, tal vez por haber trabajado en exceso y sola. Al retirarme de la casa del Sr. Vigil me fui con una sensación muy linda en mi corazón y es que nuestros padres, cada uno con distintas realidades y talentos, nos han sacado adelante, por el inmenso amor que nos tienen y me siento muy orgullosa de ser hija dela Sra.Olga Jiménez de López, la mamá modista que me contaba cuentos para dormir, de la mamá modista que cosía a máquina mientras yo hacía mi tarea del nido sentada a su lado, la mamá modista que me hizo el vestido de mi pre-pro y de promoción, entre otros, de mi mamá modista que me permitió concluir mis estudios universitarios y que ahora es tiempo de que yo desde mi función de fashion blogger le devuelva un poco esa magia por los sueños que con los años se extingue y le haga recordar esa pasión por la belleza de la costura y el diseño.
Gracias Carlos Vigil por su tiempo y sus enseñanzas.
Espero hayan disfrutado de este artículo, tanto como yo al redactarlo.
Besos,
Ana de los Ángeles.